Las puertas se abren con un chillido metálico y el aire violento revuelve mi pelo. Bajo mi mirada el suelo corre ignorante y sin voluntad. Cada vez mas lento, pero todavía lo suficientemente rápido. Bajo el primer escalón y coloco mi pie sobre el viento que solo existe desde mi perspectiva. Un paso, un solo paso y me deslizo al encuentro de ese mundo en movimiento.
Y la inercia se convierte en una fina lámina de fantasía bajo mis pies que me impulsa a volar.
Siempre vuelvo
Hace 5 años
1 comentario:
Vuela, disfruta, y jamás dejes de volar. Sé libre.
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